Misioneros Combonianos - Colombia

 CENTRO AFRO

En 2011, un grupo de jóvenes colocó con el apoyo de los Misioneros Combonianos la primera piedra para el Centro Afro dando así inicio a todo un proceso comunitario juvenil. 
Por Ulrike Purrer, coordinadora del Centro Afro desde 2012.
El sábado 24 de julio 2021 fue un día especial para el barrio Nuevo Milenio de Tumaco. Unos 300 niños, jóvenes y adultos se reunieron en un gran festival callejero para celebrar el 10° aniversario del Centro Afro, una iniciativa de los Misioneros Combonianos que le apuesta firmemente al liderazgo juvenil. En ese espacio, siempre han sido los niños y jóvenes que, a partir de sus talentos, sueños y necesidades, definieron la agenda. En una tarima improvisada, en medio de cientos de globos de colores afro y acompañado por los aplausos del público, los chicos lo confirmaron cantando: Joven somos tú y yo.El Centro Afro nos unió.Volviéndonos protagonistasde nuestra vida como artistas.” 

Opción por los jóvenes 
Tumaco está ubicado en el extremo suroccidente colombiano, lejos de los centros políticos y económicos del país. El municipio registra muy bajos niveles de desarrollo en términos de salud, educación y calidad de vida, y al mismo tiempo ha venido ocupando uno de los primeros puestos en las estadísticas nacionales de la violencia y del narcotráfico. El desempleo supera el 70% y pocos son los bachilleres que logran ingresar en alguna universidad o conseguir un trabajo digno. Es esta falta de oportunidades que junto con las enormes ganas de superación marca la vida de la juventud tumaqueña. 
En este contexto, los Misioneros Combonianos optaron por una pastoral que acompaña, empodera y confía en las nuevas generaciones. Al principio fueron unos pocos jóvenes del barrio Nuevo Milenio que se reunían en sus propias casas, organizando un grupo juvenil para discutir temas sociales, organizar acciones en pro de la vecindad y compartir la vida en comunidad. Luego, la dinámica fue tomando fuerza, cada vez se acercaron más chicos, hasta que en el año 2011 se terminó construyendo el Centro Afro, un salón sencillo con las paredes coloridas y equipado de manera descomplicada para todo tipo de actividades. 

Proyectos de vidas
 

Desde su fundación, el Centro Afro vio nacer y crecer varios grupos infantiles y juveniles, artísticos y deportivos. Algunos cerraron su ciclo de vida después de unos años debido a la necesidad de sus integrantes de buscar estudio universitario o trabajo fuera de Tumaco. Se fueron empoderados con un profundo sentido de pertenencia a su comunidad y las ganas de volver al territorio como profesionales bien formados. Otras iniciativas del Centro Afro siguen creciendo involucrando siempre a nuevos niños y jóvenes. 
Una vez a la semana se reúne el grupo juvenil “Descuádrate” que se dedica a diferentes temas y compromisos sociales. Desde una fe encarnada y con una mente abierta y crítica sus integrantes analizan la realidad del municipio y del país y organizan jornadas de limpieza, ayudas para personas necesitadas, actos simbólicos de resistencia, así como actividades lúdicas con otros jóvenes. En este grupo y a diferencia del promedio municipal, llama la atención el alto nivel académico de sus integrantes, así como el muy bajo porcentaje de embarazos juveniles. Es el resultado de un proceso formativo cuya finalidad es un proyecto de vida consciente, empoderado y con un fuerte sentido comunitario. 

Transformando realidades
 

Además de sus grupos juveniles, el Centro Afro promueve el arte como herramienta para la transformación social. 
Más de 40 niñas y adolescentes forman el grupo “Naidí” que se dedica tanto a la danza tradicional como al baile contemporáneo. Gracias a un entrenamiento muy disciplinado han alcanzado una gran calidad artística, pero también un profundo sentido de pertenencia a sus raíces afrocolombianas. Además, su trabajo corporal colectivo tiene una bella fuerza sanadora que fortalece a las niñas ante muchas realidades dolorosas en sus vidas. 
Hace 6 años nació el grupo “AfroMiTu” que se dedica al género musical Rap conciencia e impresiona por el vigor de sus canciones. Los jóvenes componen sus propias pistas y redactan la letra en un proceso colectivo partiendo de su experiencias y realidades de vida. Bajo el lema “Generando conciencia”, sus canciones se dedican a la defensa de los Derechos Humanos, la promoción de la no-violencia y la paz, el respeto a la mujer, el cuidado de la naturaleza e incluso a la promoción del legado de San Daniel Comboni. El año pasado, los músicos aprovecharon la cuarentena del covid-19 para la construcción de su propio estudio de grabación que atrae a nuevos jóvenes e incluso les sirve para producir podcasts y programas de radio sobre pedagogías de paz. En su canción más reciente para el 10° aniversario del centro juvenil dicen cantando: 
“Centro Afro, mi cápsula de tiempo donde produciendo música me mantengo, creando sonidos de sabrosura resaltando la riqueza de mi cultura.” 
El Centro Afro utiliza también los diferentes artes circenses como estrategia pedagógica para que los adolescentes aprovechen su energía y tiempo libre en un entrenamiento creativo y trabajo en equipo. El grupo “Talento Renaciente” empezó con unos zancos, exigiéndoles a los chicos valentía, agilidad y resistencia física. En la actualidad no hay ninguna marcha por la paz en Tumaco que no sea liderada por los zanqueros del Centro Afro. Luego aprendieron a manejar los malabares, técnicas básicas de acrobacia, monociclos e incluso espectáculos de fuego. Es emocionante ver la alegría en los ojos de los chicos artistas cuando el público les premia con un tremendo aplauso, no por cargar un arma o ser los muchachos más temidos del barrio sino por sus habilidades artísticas. 

Casa abierta 
Más allá de los diferentes grupos infantiles y juveniles, el Centro Afro es un espacio de puertas abiertas para toda la comunidad. Hay muchos niños que aún no pertenecen a ninguno de los grupos sino llegan para buscar ayuda con alguna tarea, para pedir un consejo o sencillamente para estar un rato en un ambiente protegido, alegre y cariñoso. Así nació, por ejemplo, el espacio de la ludoteca con juegos y juguetes para niños pequeños y grandes. Igualmente, la biblioteca con su salita de internet está a disposición del que la necesita. Además, un grupo de mujeres se reúne semanalmente en el Centro Afro para compartir un rato agradable tejiendo bolsos, carteras, aretes y, por supuesto, lazos de confianza. 
Ante la falta de un salón comunal en el barrio, el Centro Afro alberga también muchas reuniones de la Junta de Acción Comunal, del comité de salud barrial, de las madres comunitarias u otras iniciativas.
Es por esta apertura, pero a la vez por su permanente compromiso con la paz y su neutralidad frente a todos los actores armados y políticos del territorio que el Centro Afro se ha ganado la confianza de muchas organizaciones. Por eso no sorprende que los representantes de varias entidades nacionales e internacionales estuvieron presentes en la celebración de su 10° aniversario, apoyando con su aplauso a los raperos de AfroMiTu que cantaron:  
“El Centro Afro, alegría de la comuna 5 donde juego, canto, bailo y brinco.Donde para ti siempre habrá un lugar de cariño, risa y momentos pa´ soñar.”  
Sentido de pertenencia 
Todo el trabajo del Centro Afro parte de las capacidades y los recursos humanos de los propios chicos. Son ellos los que mantienen el espacio limpio, recogen la basura, pintan las paredes y ayudan en el mantenimiento de los equipos. Es su casa, la tienen que cuidar. No es una institución que presta un servicio sino una gran familia cuyos miembros caminan tomados de la mano. 
Esta forma de trabajar hace que el proceso de pronto sea un poco más lento que otros proyectos bien dotados, pero al mismo tiempo esté dando pasos firmes y duraderos. Cada integrante aporta su tiempo, conocimiento y sus recursos de manera que se construye un proceso verdaderamente comunitario. 
Un esfuerzo especialmente bonito en vista a la sostenibilidad del espacio, es un pequeño negocio organizado por los propios jóvenes con el nombre “Piqueteadero Centro Afro”. Todas las tardes, los chicos preparan empanadas, perros calientes, sándwiches y pataconas que se venden a unos precios alcanzables para la vecindad, pero con ganancias para los gastos básicos del centro juvenil, y aunque no sea una iniciativa con un enorme lucro, es una muestra del fuerte sentido de pertenencia de los jóvenes hacia el Centro Afro. 

Espacio comunitario de fe
 

Finalmente, lo que cohesiona y sostiene todo este hermoso proceso colectivo es una profunda espiritualidad misionera. El lema de San Daniel Comboni “Salvar África con África” se ha convertido en un compromiso vital tanto para el equipo coordinador como para todos los niños y jóvenes del Centro Afro. “Salvar Tumaco con los tumaqueños” significa caminar de manera organizada, compartiendo sueños y dolores, reconociendo las capacidades de los demás y aprendiendo el uno del otro, perdonándose y construyendo una verdadera comunidad de fe. 
Con todo eso, el Centro Afro es expresión de una presencia comboniana muy especial en este territorio tan vulnerado que incluye también las actividades parroquiales del barrio. Durante la semana se reúnen los jóvenes de la catequesis de confirmación y el grupo numeroso de Infancia Misionera, y los domingos el centro juvenil incluso se convierte en capilla, tanto para la catequesis de la Primera Comunión como para la celebración de la Eucaristía comunitaria. 
El Centro Afro es un espacio para compartir una fe liberadora que valora el protagonismo de un laicado empoderado y le permite a la juventud ser constructores de una pastoral encarnada y transformadora, es decir, comprometida con el Resucitado cuyas heridas justamente son la mayor muestra de su amor. 

Una década de proceso juvenil 

La celebración del 10° aniversario del Centro Afro permitió hacer memoria de todo este esfuerzo realizado, lecciones aprendidas y caminos recorridos, recordar a todos aquellos que han aportado lo mejor de sí y otros que, gracias a este proceso, han podido crecer como personas. 
Como agradecimiento especial se les entregó un certificado de honor a los chicos fundadores que con su grupo juvenil “Jóvenes construyendo un futuro” y el apoyo de los Misioneros Combonianos colocaron en su momento la primera piedra del Centro Afro y de los cuales algunos siguen siendo líderes activos hasta el día de hoy. 
La tarea que le queda a la actual generación es el gran compromiso de continuar esta bella misión con el mismo cariño y empeño, tratando de llegar cada vez a más niños y jóvenes, cambiando vidas y así terminar transformando la sociedad desde la fe y en comunidad. 


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